
El nuevo director técnico de Aston Martin, Enrico Cardile, ha compartido su primera valoración sobre lo que supone para él trabajar con Adrian Newey. El ingeniero italiano admite que es todo un reto, pero que el británico aporta una serie de cualidades que lo hacen único.
Enrico Cardile apenas lleva tres meses en Aston Martin, a donde llegó tras un año alejado de la Fórmula 1 —obligado por Ferrari— para convertirse en director técnico del equipo británico.
La dirección técnica es un cargo que normalmente convierte a quien lo ostenta en el máximo responsable de todo lo relacionado con el diseño y desarrollo del monoplaza. Pero no en este caso, ya que Adrian Newey actúa no solamente como gerente técnico, sino también como accionista de Aston Martin F1.
Una situación peculiar a la que Enrico Cardile debe adaptarse. Y, tras unas cuentas semanas en su cargo, ya tiene una idea clara de lo que significa trabajar a las órdenes del que es el ingeniero más laureado de la historia de la Fórmula 1.
«Hablar con él es como hablar con un equipo de F1 moderno al mismo tiempo: el diseñador jefe, el experto en dinámica de vehículos, el jefe aerodinámico. Todo esto en una sola persona»
Cómo conviven Cardile y Newey
Uno de los retos a los que se enfrenta Aston Martin es la convivencia entre ingenieros de renombre como Andy Cowell, Enrico Cardile y Adrian Newey. Sin embargo, el italiano asegura que no hay problema alguno y que el rol de cada uno está perfectamente definido.
«Reporto a ambos. A uno u otro, según los diferentes aspectos del trabajo, pero ambos son mis jefes. No tenemos ningún problema en este sentido. El problema, en todo caso, es el contrario: buscamos la mejor manera de colaborar y aunar esfuerzos, en lugar de trabajar de forma aislada», afirma.
«Esto es clave para nosotros, y para cualquier equipo de F1: compartir información, crear algo más rico que la suma de las partes. Sin duda, no supone ningún problema tener a todos estos buenos ingenieros en el mismo edificio, trabajando juntos», reitera Cardile.
En opinión del ingeniero italiano, la clave está en definir roles de forma clara, de manera que no se produzcan duplicidades ni injerencias. «Todos tienen un cometido claro, y nadie intenta hacer el trabajo de los demás».
«La clave para que funcione es el flujo de información dentro de la organización. Este tiene que ser bueno. Necesitamos lograr una integración adecuada para evitar malentendidos que resulten en repeticiones de trabajo, pérdida de tiempo y pérdida de rendimiento», añade.
Adrian Newey, un ingeniero único que ha impresionado a Enrico Cardile
Newey, el mayor reto
El principal cometido de Enrico Cardile como director técnico es lograr que todos los departamentos relacionados con la concepción del coche trabajen de forma coordinada y tengan todo lo necesario para alcanzar su máximo potencial.
Pero el también exdirector técnico de Ferrari tiene un reto adicional: entender y seguir el ritmo de Adrian Newey. Y admite que no es sencillo.
«Es el motor que mueve todo el desarrollo del nuevo coche. Yo trabajo en entender por dónde quiere ir, que tenga la mejor calidad de información sobre todo el desarrollo del coche para poder responder a todos los retos que lanza al equipo», explica en primera instancia, antes de señalar qué le ha impresionado más de Newey.
«Si tengo que mencionar algo, es que no hace concesiones, lo motivado que está para lograr su objetivo sin ninguna concesión en ninguna parte, llevando todo el material, independientemente del dinero, a la perfección», expone.
«Pero es más que eso, porque cuando se le ocurre algo, ya tiene en mente cómo lograrlo. Entonces, si alguien en la organización tiene dificultades para lograrlo, él lo apoya al proporcionar todos los detalles necesarios sobre lo que tiene en mente para que sea factible», amplía, impresionado.
Un hombre orquesta
Enrico Cardile también reconoce que una de las cosas que le impresiona de Adrian Newey es su capacidad para entender y dominar todos y cada uno de los aspectos de un monoplaza. Como un hombre orquesta que es capaz de tocar numerosos instrumentos a la vez.
«Es capaz de trabajar a un nivel muy alto, pero luego, cuando es necesario, puede profundizar en los detalles de viabilidad. Adrián es una mezcla de dos cosas que lo hacen único», desarrolla el director técnico del equipo de Silverstone.
«Por un lado, hay un ingeniero muy, muy brillante y sobresaliente y una mente muy brillante. Por otro lado, hay una larga experiencia. Experiencia adquirida cuando los equipos de F1 estaban formados por unas pocas personas, y la tecnología para apoyar el desarrollo no era tanta como la que tenemos ahora», recuerda.
«Desarrolló su carrera con la tecnología disponible para el desarrollo del coche, estando todo el tiempo al tanto de esta tecnología. Hablar con él es como hablar con un equipo de F1 moderno al mismo tiempo: el diseñador jefe, el experto en dinámica de vehículos, el jefe aerodinámico. Todo esto en una sola persona, encuentras muchas habilidades diferentes. Lo cual es único», concluye Cardile.