Durante más de sesenta años, los fabricantes de automóviles han jugado al escondite con los consumidores, presentando modelos que, aunque parecen distintos, comparten el mismo ADN.



















Esta estrategia, conocida como badge engineering, consiste en vender el mismo coche bajo diferentes marcas, con apenas cambios estéticos. No debe confundirse con el uso compartido de plataformas o las alianzas industriales, prácticas cada vez más habituales en la industria moderna. Algunas marcas han llevado esta táctica al extremo, mientras que otras han sabido proteger su identidad con cautela.
En este recorrido por seis décadas de coches con emblemas intercambiables, descubrirás que ciertos fabricantes repiten una y otra vez, mientras que otros brillan por su ausencia. Esos últimos, quizá, han entendido mejor el valor de una marca auténtica.
El año que acompaña cada modelo corresponde al inicio de producción del segundo vehículo de la familia. Porque, aunque cambie el logo, el coche sigue siendo el mismo.
Dime en los comentarios, cuales de estos coches has visto con otra marca!, seguro que los reconoceis!